viernes, 29 de octubre de 2010

El Precio de la Salud


Hoy por la mañana me encuentro con que se me critica mi “proclama política-económica” en un comentario de un blog. Aquí queda el enlace a dicho blog (que por cierto recomiendo por su temática y contenido)


Ahora voy a explayarme un poco más en la contestación, pues allí como que sería pasarse la parrafada.

En primer lugar decir que comparar el afán de lucro de una empresa legal con los beneficios económicos del camello de la esquina no es que parezca demagogia, es que lo es. Hay cosas que no tienen comparación posible, y esta es una de ellas. Es una forma muy directa de criminalizar a las empresas (sean del sector que sean) simplemente por ser empresas.

Como bien dije ahí, las empresas quieren ganar dinero. Para eso se han creado. Y el que piense lo contrario o bien vive en un mundo de fantasía donde la realidad no existe, o bien tiene un grave problema de percepción de la realidad. Cualquier empresa vive por y para la ganancia económica. Esa ganancia económica se basa en un producto o servicio hacia un tercero y es ese tercero el que proporciona el beneficio. De forma que la empresa, si bien quiere ganar dinero, es consciente de que un producto defectuoso o bien un servicio pobre, le repercutirá económicamente de forma negativa. Por lo tanto la empresa se cuida bien de hacer las cosas acordes al mercado y a la sociedad para así poder lucrarse. Este es el mundo el que vivimos, podrá parecer bueno o malo, podrá gustarnos más o menos. Pero es lo que tenemos y cerrar los ojos a esta realidad es una tontería.

Centrándonos en el caso concreto de la industria farmacéutica, para poder crear una molécula hay que pasar por una serie de procesos tan largos y laboriosos que se invierten ingentes cantidades de dinero y tiempo para lograrlo. Y de cada millón de moléculas estudiadas, sólo pasan los tramos finales unas cuantas. Es de recibo que las empresas consigan con esas moléculas que han logrado llegar a la final una rentabilidad que les permita resarcirse de los fracasos de las moléculas que se quedaron en el camino, así como cubrir los costes de las que han salido adelante y además invertir en investigar nuevas moléculas.

El intervencionismo del Estado tiene su parte buena en el país en el que vivimos, pues así como la Seguridad Social cubre las necesidades de todos los españoles a nivel sanitario (es decir, médicos, hospitales y medicamentos), esta cobertura sanitaria debe ser lo suficientemente barata como para poder ser “cierta”. El problema que tenemos aquí es que donde el Estado debería fijar unos topes, lo hace siempre a la baja y de forma radical. Estos precios tan bajos para los medicamentos tienen como consecuencia que las empresas dejen de investigar (por poner un ejemplo, Almirall, empresa española, de las pocas que quedan, ya ha reducido al mínimo visto la partida presupuestaria para investigación, y se centra en nuevas formas farmacéuticas de moléculas ya creadas… con lo que no hay innovación real) pues con ese dinero sólo se llega para cubrir costes.

Luego tenemos también que el Estado es el primero en permitir la entrada de más y más medicamentos de más y más casas comerciales. Y luego protesta porque los medicamentos son caros y promueve la prescripción de genéricos. Si tan malos son las marcas comerciales, ¿por qué se han permitido en primer lugar? Supongo que el hecho de que para poder ser un medicamento “válido” en España, lo primero que hay que hacer es pagarle al Estado. Ahí tenemos la razón. El Estado cobra por los medicamentos que se den de Alta en nuestro país. Pero luego prohíbe (en unos casos de forma directa y en otros de forma indirecta) su venta.

También están las bajadas de medicamentos de forma “impositiva”. Así como cuando los medicamentos pierden su patente y por lo tanto se renegocian los precios de los mismos (siempre a la baja) y empiezan a aparecer genéricos de los mismos, el Estado marca unos valores conocidos como “Precio de Referencia” y “Precio menor”. De forma que sea “imposible” dispensar cualquier medicamento que no esté dentro de esos valores. Si tan caros son: ¿por qué el Estado los permitió? Recordemos que el precio se fija en un acuerdo entre la empresa y el Estado.

El Precio de referencia determina que cualquier medicamento que supere ese valor deja de ser financiado por la Seguridad Social.

El Precio menor marca el límite en el cual se puede dispensar un medicamento que se sustituya o bien se prescriba por principio activo. Este precio menor viene marcado por el medicamento del conjunto de intercambio más barato que esté dado de alta (estar de alta no significa estar comercializado… normalmente no lo están, de forma que el Estado se cura en salud al decir que si se da otro, no tiene porqué pagar) y se actualiza mes a mes.

¿Se garantiza así una correcta sanidad para los españoles? Creo que no. Cuando un médico dice que el medicamento X es el que prescribe, ¿porqué un político que de medicina sabe lo mismo que yo de “swahili” tiene que corregirlo? ¿No se supone que hay una carrera universitaria y unos conocimientos detrás de esa prescripción? Cuando un médico prescribe por principio activo no lo hace porque sepa que todos los medicamentos del conjunto de intercambio sean iguales, sino porque si no lo hace, eso repercute en su sueldo (en Galicia va así).

Un ejemplo:
Hasta hace poco todo genérico de Atorvastatina se hacía con sal magnésica. El Cardyl, Prevencor y Zarator, las marcas comerciales de dicho principio activo vienen en forma de sal cálcica. Aún cuando son “bioequivalentes” los genéricos y las marcas comerciales, hay que ver todo el factor añadido que una sal diferente puede causar en la persona. Pero eso no significa nada para Papacito Estado, pues su único interés es ahorrar. Y si ahorrando le causamos prejuicio a la gente, siempre que se le pueda echar la culpa a un tercero (en este caso a médicos, farmacéuticos y empresas), pues mejor que mejor.

Como esos podría decir muchos más ejemplos. Y cualquier médico que esté leyendo esto (sé que por lo menos dos hay, así que ya sabéis, si me equivoco, corregidme) podrá darme la razón.


También tenemos el argumento por parte del Estado de que la Sanidad es Gratis. Qué gran mentira. Yo pago por la sanidad. Es más, me obligan a pagar por la sanidad. Y no sólo por la mía, sino por la de todos aquellos que no pueden pagarla. Ahí está el principio de Solidaridad. Pagamos hoy para que el Estado gestione ese dinero de forma que cuando estemos enfermos, se repercuta en nosotros esas aportaciones. Y como “hoy” no estamos mal y pagamos, ese dinero se emplea en los que están mal “hoy”. De forma que cuando “mañana” estemos mal nosotros, los que “mañana” estén bien, paguen por nosotros.


Yo ahí no veo que sea algo gratis (otra cosa es que sea un timo piramidal, como las pensiones, pero ya es otro cantar). Nos cobran por ello… y bien que nos cobran.

La ventaja de estas aportaciones es que no tenemos que fijarnos en límites de enfermedad. Da igual lo que tengamos, Papacito Estado nos cuida. Por el contrario tiene como defecto que al ser una aportación obligatoria, cuando alguien quiere contratar un seguro privado (por la razón que sea), tiene que pagar doble, pero luego pierde el derecho a la Seguridad Social pública, aún cuando lo esté pagando igual.


Regresando al tema original. Que un medicamento sea caro significa que la empresa gana dinero. Mucho dinero. Muchísimo dinero.

Que un medicamento sea barato significa que la empresa gana poco dinero (en casos incluso pierde).

Si gana dinero, la empresa usa ese dinero en mejorarse a sí misma, en investigación y desarrollo de nuevos fármacos, en búsqueda de nuevas posibilidades… Todo ello porque quiere seguir ganando dinero.

Si la empresa no gana dinero (o es poco lo que gana), dejará de investigar, vivirá de rentas mientras pueda y luego se cerrará, dejando que los de arriba se vayan muuuuuy ricos, mientras los de abajo se quedan en la calle.


Si el Estado quiere meterse en el ajo, pues que pague dinero para investigar. Que cree centros de investigación y desarrollo. Que proponga vías para ello. Que invierta dinero.
Si lo único que busca es que otro pague el dinero y luego aprovecharse de ello, pues como que algo se ha estropeado en el camino.


En Intervencionismo del Estado tiene su lógica en ciertos temas. No lo tiene en otros. Cuando se trata de un sistema sanitario como el nuestro, es lógico que el Estado fije unos valores adecuados. Lo que no es lógico es que con el paso del tiempo, cuando todo en la vida sube, los medicamentos no hagan más que bajar, bajar y bajar. Con esto sólo tenemos que la Sanidad en este país es una Mierda. Importa más la “pela” que la salud.

Durante muchos años se han revisado los precios de los medicamentos año a año, bajándolos cada vez más. Este año ya llevamos 4 bajadas de precios. Si la Sanidad Española hace aguas… ¿no hay formas más estables de salvarla sin tener que hundir en el proceso a las empresas que hacen que las cosas vayan bien? 

Una forma sería eliminar el exceso de burocracia que nos inunda a nivel sanitario. Tenemos tantas “sanidades” como comunidades autónomas, cada una de ellas con su propia burocracia, y por lo tanto con sus gastos absurdos. 

Otra forma sería que los políticos destinasen más dinero a sanidad y menos a otras cosas más absurdas (léase plan E, o también traducido como “destruir aceras viejas y buenas para hacer unas nuevas y malas”)… mejor no sigo, que no quería meterme en política más de lo necesario y ya me he pasado tres pueblos.


En resumen. Que se deje de criminalizar a las empresas que lo único que buscan es un beneficio económico (como TODA empresa) de una forma legal, y se empiece a pensar en la realidad que nos rodea. Que se deje de soñar con un futuro mejor mientras se nos hunde más y más el presente, y se empiece a trabajar en el presente para conseguir un futuro mejor real.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por que no me sorprende que seas farmaceutico.

Gangrol dijo...

Anónimo, ¿a que te refieres con ese comentario?

¿Es una crítica? Pues si es así, me gustaría que te extendieses un poco más en ella, ya que de esa forma podríamos dialogar sobre los puntos que desees y ambos podríamos dar unos puntos de vista (que no tienen porqué ser parecidos).

Un saludo felino
Miau